sábado, 12 de septiembre de 2009

A pensar, a reaccionar, a relajar, a despotricar, a decir estupideces. A olvidarme de olvidar, a recordar lo que vendrá, a arriesgar una y mil veces. A molestar, a ladrarte, a ser el preso de la celda estéreo de tu alma, rincón eterno de las palabras. A ser idiota por naturaleza, y caer siempre ante en la vaga certeza de que en esta tierra todo se paga. A consumirme, a incendiarme, a reír sin preocuparme
hoy vine hasta acá a tapar mi ingenuidad con un poco más que sal me quiero quedar. A tocar, a manosear, a querer más que un nada más, a desnudarte una vida de veces, a hablar mal del que dirán, a ver temblar la seguridad, a ser distinto a lo que se parece, a terminar con el cuento más oscuro, a derribar los muros de mi mente, a ser un poco menos consciente. A fantasear, afilarme bien los dientes, a acabar con mis pensamientos decentes, asesinar a las verdades que mienten.

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